Acerca de
la Tasa de mortalidad española. Posibles factores de influencia. Actualización
junio 20.
Eduardo Satué de Velasco
España, a principios de junio, después de liderar
la lista de casos en Europa y el segundo del mundo, por detrás de EEUU, ha cedido
el liderato, por escaso margen al Reino Unido y se ha descolgado al quinto
puesto mundial pero con una cuestión fundamental: hemos entrado en asíntota, o
como se suele decir, la curva se ha aplanado.
Los datos de los países más expuestos a 2 de junio
registrados se pueden comprobar en la siguiente tabla:
Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Pandemia_de_enfermedad_por_coronavirus_de_2019-2020
A su vez, si correlacionamos la tasa de
mortalidad de los países europeos con la esperanza de vida y la inversión
pública en sanidad obtenemos la siguiente tabla:
País
Tasa mortalidad Esperanza Gasto publico
(x 1.000.000 hab) de vida en
salud per capita (€)
8/04 7/05 2/06
España
313 547 574 83 1617
Italia
294 494 557 83 1900
Alemania
28 87
103 81 3879
Francia
167 397
443 83 3278
Reino Unido
106 448
574 81 2721
Turquía
10 43 55 79 261
Bélgica
195 723
823 81 3168
Suiza
104 209 223 83 5464
Holanda
129 299
343 81 3675
Austria
30 68 75 81 3379
Portugal
37 105 137 81 1185
Suecia
67 285 426 82 4273
Grecia
8 13 16 81 813
Respecto al anterior post, la primera posición en
tasa de mortalidad la ocupa Belgica en solitario, España y RU empatan en el
segundo lugar, seguidos por Italia. La mayor parte del resto de países de la
comparativa ha experimentado un aumento notable de su tasa de mortalidad, que
doblan o triplican su tasa anterior, como son los casos de Alemania o Portugal
que “parecían inmunes” pero aun así, muy lejos de los puestos de cabeza. Siguen
destacando los mínimos de Grecia y Turquía.
Seguimos analizando los factores que influyen en
la mortalidad con el patrón de la anterior entrega
*
Cuestiones formales
a) La
mortalidad está infradetectada en el resto de países. En la práctica
podemos afirmar que en todos los países está infradetectada la mortalidad,
excepto probablemente en Bélgica, que destaca por ser el país con mayor
mortalidad “aparente” pero que descenderá en la clasificación cuando las tablas
de los demás países se ajusten mejor a
la realidad. En el caso de España, en base a la diferencia de mortalidad del
registro civil entre marzo y mayo 2019-2020
se calcula un desfase que ronda los 16.000 fallecidos (descontados los ya
atribuidos a coronavirus) por lo que, suponiendo que toda la diferencia la
vinculáramos a coronavirus (lo cual no es probable pero todavía no sabemos cuántos
podemos atribuir) estaríamos en 43.000 fallecidos que arrojaría una tasa máxima
de 895 fallecidos por millón de habitantes, de nuevo a la cabeza de la lista y
por encima de Bélgica.
b) Momento
temprano “Aún no les ha llegado la ola”. En la anterior entrega
comentábamos que probablemente fuera así en EEUU, Alemania, Holanda y GB que
tenían una curva muy pronunciada. Efectivamente, la ola ha llegado en general a
la mayoría de los países, pero sin alcanzar las cifras españolas, excepto los
casos de Brasil y Rusia, destacando el caso brasileño que empezando con una
serie de medidas de distanciamiento social, estas se han ido diluyendo por mala
gobernanza en lo que se configura como la tormenta perfecta para la epidemia.
Sin embargo, el problema de hablar de olas es que incita a pensar en algo que
pasa y se va y tal como veremos después, nos podemos encontrar con un conjunto
de olas que permanezcan largo tiempo con nosotros.
*
Cuestiones de fondo
a) Edad:
tal como veíamos, la edad por sí sola no alcanzaba a explicar el diferencial
entre España y el resto de países europeos. Sin embargo, sí que es un factor
determinante a la hora de compararnos con países con esperanza de vida menores
ya que la letalidad del COVID en mayores de 80 años se sitúa por encima del 20%.
Evitar el contagio a la población de esta edad antes de que aparezca la vacuna
es esencial para limitar la mortalidad total.
b) Clima:
Una de las posibilidades es que el COVID-19 sea sensible al calor y que se
desarrolle más difícilmente en climas cálidos. Sin embargo, la experiencia
brasileña muestra que este factor es menos decisivo de lo que nos gustaría. Una
hipótesis es que el calor húmedo sea menos perjudicial al virus y el calor seco
más virucida, lo que beneficiaría a España y a los países mediterráneos, y que
podremos verificar este verano.
c) Patológicos:
hay muchas preguntas encima de la mesa que aún tardaremos en contestar. Las más
relevantes pueden ser:
+
Carga viral:
-
¿Una persona inmunizada pude volver a pasar la
enfermedad?.
-
¿Hasta cuándo es infectiva una persona inmunizada?
¿existen reservorios del virus que pueden reactivarse? Si es así ¿hasta cuándo?
-
¿Existen poblaciones más susceptibles al virus que
otras?
-
¿Qué pasa con los niños? La mayoría no lo padecen o son
asintomáticos pero otros grupo parece tener susceptibilidad ¿qué factores
intervienen?
Estas preguntas siguen sin respuesta y habrá que
esperar varios meses aún al menos para tener respuestas sólidas.
d) Sistema
sanitario. El sistema sanitario está llegando al límite de su capacidad. La
clave está en evitar la saturación del sistema pero ¿hasta cuándo puede seguir
el sistema aguantando esta presión?¿cómo va a cambiar, adaptarse a una época
post-covid? Las claves están principalmente en la Atención Primaria, antes que
en la Hospitalaria y las UCI’s ya que estas se están vaciando pero el trabajo
sigue en Primaria que es y será el eje
de control y contención de esta pandemia y de cualquier otra que pueda venir.
e) Finalmente queda como variable principal o
factor decisivo las Medidas de contención.
En el anterior post poníamos como referentes los casos de acción temprana en Corea
del Sur, Grecia y Portugal y de acción tardía en EEUU, RU y Holanda.
+ Países de acción temprana: son muy llamativos
ya que tienen pocos casos de contagios y una tasa muy baja de mortalidad
comparada con los países del entorno donde se encuentran.
o Corea
del Sur: Con una tasa de mortalidad actual de 5/M es asombroso como ha capeado
la epidemia a pesar de ser de los primeros países afectados. Pese a que su
estrategia de desconfinamiento está teniendo altibajos sigue siendo el
referente mundial en cuanto a prevención
o Grecia
y Portugal son casos llamativos por compartir modelo social con España e Italia
y disponer de estructuras más castigadas por la crisis de 2008 pero con una
tasa de contagios y mortalidad muy baja. Estos dos países iniciaron el
confinamiento total mucho más rápido que el resto de países y dado que no hay
otras diferencias sustanciales, ese es el principal factor a valorar. Portugal
ha triplicado su tasa de mortalidad desde el inicio pero sigue siendo la cuarta
parte que la española y salvo catástrofe, no parece que vaya a subir mucho más.
Por su parte Grecia apenas ha experimentado variación en su tasa que se sitúa
de las más bajas de Europa.
+ Países de acción tardía: Por el contrario,
tenemos a países que han tardado en asumir las medidas como son EEUU, RU y
Holanda. Los dos primeros tal como
apuntábamos en el anterior post se han puesto a la cabeza de las listas de
casos y de nuevo cabe atribuirlo a la lentitud en adoptar medidas preventivas.
Aún así, aunque EEUU (323) tiene más casos totales todavía tiene una tasa de
mortalidad muy inferior a la española (574). Por su parte, Holanda, no ha
experimentado ese crecimiento manteniéndose en la media europea. El que parece
estar pagando cara su estrategia de semiconfinamiento es Suecia (426), que ha
incrementado su tasa de mortalidad de forma considerable con respecto a su
situación inicial y en lo que parece un fracaso de esta estrategia frente al
confinamiento estricto.
+ Otro dato muy significativo es la diversidad de
la tasa de mortalidad dentro de España que ya adelantábamos en su día y se
mantiene, desde los 70 casos por M hab de Canarias, 162 de Andalucía o 225 de Galicia
a los 790 de Cataluña, 1225 de Madrid o 1076 de Castilla La Mancha. Ningún
factor ligado a edad, clima, inversión en salud puede explicar estas
diferencias tan sustanciales. Por ello, las medidas de contención siguen siendo
el factor más plausible a la hora de considerar la diferencia de evolución.
El factor añadido a considerar en esta
actualización es la desescalada. Las medidas de confinamiento radicales, como
las que han adoptado la mayoría de los países europeos se han demostrado
decisivas para contener el virus. En estos momentos apenas hay casos nuevos y
la tasa de mortalidad es prácticamente plana. De cómo se haga el desconfinamiento
y de la responsabilidad de los ciudadanos va a depender que la epidemia no se
reactive de nuevo.
En un par de meses volveremos a analizar los
datos. Por lo visto hasta ahora, podemos decir que aquellos países más rápidos
en tomar medidas son los que menos han padecido la epidemia mientras lo que los
más tardíos o los que más confusión o manga ancha han tenido a la hora de
adoptarlas han sufrido más. En este sentido, España fue muy lenta a la hora de
tomar medidas preventivas pero una vez tomadas estas se han mostrado
contundentes. La previsión es que el calor del verano ayude a contener el
COVID-19 pero la incertidumbre recae en el otoño e invierno. Sin una vacuna que
mitigue el peligro, un rebrote pondría en peligro sobre todo a los mayores de
70 años, más de 6 millones de ciudadanos. Por ello, todos debemos exigirnos
responsabilidad, so pena de pagarlo muy caro nuestros mayores.
2 comentarios:
Excelente aportación !, muy muy interesante
Estupenda recensión. Sigue así,
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