In memoriam. Por Flor Álvarez de Toledo Saavedra
Ana Llavona, farmacéutica ejemplar y
persona comprometida
Ana Llavona fue una profesional completa. Unió al interés
científico por el medicamento (con tantas innovaciones en sus años de vida profesional activa) el
compromiso con sus pacientes a través del trabajo diario; es decir, la conciencia de ser responsable de un bien social que proporciona el remedio
adecuado a quien sufre. Desde los finales 60, sostuvimos acuerdos profesionales
ante los diferentes cambios que la farmacia afrontaba, pero esa relación derivó
en entrañable amistad personal con el paso del tiempo y los acontecimientos.
Iniciamos actividades de formación continuada en el
Colegio de Farmacéuticos, todavía en la Plaza de América, en 1968, con el
nombre de “Sección de estudios Farmacológicos”.
Transformado el nombre en “Sesiones de los Jueves” Ana LLavona mantuvo
el liderazgo de estas sesiones hasta bien entrado el siglo XXI. Tenía intuición
para situar dentro de los avances terapéuticos, cuáles necesitaban de mayor
actualización científica en el ejercicio profesional de la farmacia comunitaria
e invitar, en función de ello, a los ponentes mejor preparados para
transmitirlo a ese colectivo. Las sesiones de los Jueves han sobrevivido a su
retirada por enfermedad hasta el curso 2018-2019.
Desde Septiembre de 1980 en que, junto con Ana Asensio, presentamos
una comunicación al XL Congreso Internacional de FIP recogiendo 100
consultas en el mostrador de nuestras
farmacias cuyo inicio de conversación siempre era “¿qué me da para…? fue
pionera en comprender que el aislamiento aparente de las oficinas de farmacia
ahogaba la necesaria integración de nuestra actividad en el Sistema Público de
Salud del que siempre fue defensora. Su compromiso ético con la sociedad abarcó
más actividades que las profesionales, integrándose en grupos de apoyo a
presos, a inmigrantes u otros marginados.
Fuera de Asturias, Ana participó e impulsó la creación de
entidades tales como la Red Española de Atención Primaria (REAP) en 1987 y la
Fundación Pharmaceutical Care en 1998.
Creía en lo trascendente de nuestra vida y transmitía la alegría y humor de honda raíz
asturiana cuando había que encarar alguna adversidad. Fue una buena caminante
de montaña y su paisaje más admirado y querido era la vega de Selorio, de donde
era oriunda su familia y había rodeado su niñez.
Mientras tengamos memoria, te recordaremos
(Flor Alvarez de Toledo Saavedra, es farmacéutica, referente mundial en Atención Farmacéutica y fundadora de la REAP.)
Os ponemos el enlace a dos reseña en la prensa (La Nueva España y El Comercio).
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