LA RECETA ELECTRONICA – REAP
Todavía recuerdo los debates
sobre receta electrónica(RE) en el seno de la REAP, Fundación Pharmaceutical
Care España y los seminarios de la Organización Médica Colegial; han pasado
siete años e intentábamos aportar un punto de vista profesional para el diseño
y conformación de la inminente comunicación electrónica entre profesionales.
Los médicos y farmacéuticos de
Castellón venimos trabajando con RE desde el año 2009 y a finales del año 2012
todas las recetas facturadas serán exclusivamente en el formato RE.
Trabajamos con una RE
concebida en el seno de la administración y por tanto, reflejo de la
misma, un documento fundamentalmente administrativo y con peculiaridades
propias de nuestro estado autonómico, un sistema que todavía no tiene implantación
ni acceso nacionales.
La forma de trabajo
es sencilla, el paciente solicita la dispensación mediante su tarjeta SIP y una
hoja de medicación emitida por el médico (Fig. 1) que define el tratamiento
farmacoterapéutico global, calendario de retirada de medicamentos y fecha de
renovación de los tratamientos.
El farmacéutico accede al tratamiento a través del
sistema informático colegial(SICOF), visualiza las prescripciones totales y
puede seleccionar los medicamentos susceptibles de dispensación en una fecha
determinada, una vez configurada la dispensación imprime la correspondiente
hoja COM (Fig. 2) y pega los precintos de cada uno de los medicamentos. El
sistema informático administrativo configura el calendario de retirada de
medicamentos de acuerdo con las necesidades del tratamiento según la
prescripción médica.
La RE tiene ventajas
evidentes:
El
farmacéutico conoce la totalidad de prescripciones, incluido un histórico
retrospectivo de hasta tres meses. En la hoja de medicación también puede
conocer algunos diagnósticos en clasificación CIE9.
El
proceso de dispensación puede ser más lento debido a los accesos informáticos
pero se compensa con el mayor tiempo de diálogo con el paciente, reducción de
errores y agilización del proceso de facturación que puede ser inmediato con
firma digital hasta la presentación del resumen mensual.
Llegado este momento propongo
iniciar de nuevo el debate sobre RE para que su desarrollo definitivo se
complete con un verdadero sentido profesional. Desde el punto de vista personal
de éste farmacéutico:
Los
farmacéuticos deberíamos conocer la totalidad de los diagnósticos de nuestros
pacientes según clasificación CIE9.
Es
necesario implementar un sistema de comunicación médico-farmacéutico mediante
mensajes cortos, definidos con claridad que puedan dar paso a un dialogo
ampliado según las necesidades del paciente. La Fundación Pharmaceutical Care
España viene trabajando junto a Semergen en éste sentido con el programa
Medafarm : http://www.pharmaceutical-care.org/contenido.php?modulo=descargas
La
RE debe permitir la remuneración profesional mediante sistemas mixtos de
honorarios.
Sin duda alguna, la comunicación mediante la RE supondrá
la consolidación definitiva de la relación médico-farmacéutico en beneficio del
paciente pero ésta parte de la historia está por escribir:
ü Desde el punto de vista del
médico, ¿Cómo debería complementarse el desarrollo profesional de la RE?
ü Los médicos incrementarán su
tiempo de trabajo asistencial y si esto supone un beneficio para el paciente,
¿Cuál debería ser la repercusión en la clase médica?
Francisco García Cebrián, Farmacéutico Comunitario. La Vall
D’Uixó(Castellón). Socio de REAP
Correo electrónico: fjgc@arrakis.es
1 comentario:
Desconozco en la práctica el funcionamiento de la receta electrónica porque en Asturias aún no está implantada. Hablo, entonces, desde la teoría.
Y, además de la teoría, hablo de lo que querría encontrarme cuando disponga de ella.
La receta en papel es unidireccional. La información sale del médico y va al farmacéutico, pero no dispone de ningún mecanismo para que la información del farmacéutico vuelva al médico. Además, en OMI-AP (nuestro programa informático de la consulta), y que yo sepa, no se tenemos ningún campo durante el proceso de prescripción para rellenar ese cuadro destinado a dar información al farmacéutico. Eso significa que si queremos escribir algo tendremos que hacerlo a mano. Y no se trata de una cuestión de nuevas tecnologías ni el desechar el bolígrafo, es que lo escrito a mano no queda registrado. El hecho de que no esté previsto este campo en la receta de OMI-AP es indicativo de la importancia que se le confiere a la comunicación entre nosotros.
Pues bien, sería interesante que en la receta electrónica tanto el médico como el farmacéutico pudiesen comunicarse, en ambos sentidos y dentro del respeto a la confidencialidad y la autonomía de decisión de los pacientes.
Otro avance que pediría a la receta electrónica es que todos los médicos que prescriben lo hagan a través de esta forma, y así tener actualizada la medicación del paciente. Esa información actualizada es importante para la seguridad del paciente, en algún caso es vital, y debe figurar TODA su medicación, tanto esté o no financiada, sea o no necesaria la receta para su dispensación, se dispense en una u otra farmacia, se prescriba en atención primaria o en secundaria, incluso si se tratase de productos de herboristería con capacidad de interaccionar con medicamentos. Por eso me molesta que en Asturias hayan desparecido de los registros los medicamentos que no están financiados, ¡como si esa medicación, por tener que pagarla, ya no tuviese interacciones, duplicidades ni demás riesgos que entraña el uso de un medicamento!
En cuanto al segundo punto, entiendo que todo lo que suponga eliminar burocracia facilitará el trabajo puramente asistencial, pero siempre dado por supuesto que se cumplen los requisitos expuestos previamente respecto a tener actualizada la medicación. A esa tarea le dedicamos una parte amplia del tiempo de trabajo, pero me parece rentable si conseguimos el objetivo.
Un saludo
Paco Abal. Médico de Atención Primaria.
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