03.05.2012
Butlletí groc
El Mercado de la diabetes.
Asma y EPOC
El aumento de la prevalencia de obesidad y diabetes de tipo 2, previsto desde hace años, impulsó la investigación y desarrollo de nuevos fármacos antidiabéticos, análogos de la insulina o bien hipoglucemiantes con un nuevo mecanismo de acción. No hay pruebas de que los análogos de la insulina sean superiores a esta última, ni de que los nuevos hipoglucemiantes contribuyan a disminuir la morbimortalidad asociada a la diabetes. Las únicas “pruebas” de la eficacia de estos últimos consisten en efectos cosméticos sobre la hemoglobina glicosilada, una variable subrogada cuyo valor predictivo en la diabetes de tipo 2 (no en la de tipo 1) ha sido desmentido por los resultados de los recientes grandes ensayos clínicos. Se gastan recursos considerables en disminuir la HbA1c, con resultado sanitario incierto.
El gasto en medicamentos para patología broncopulmonar también crece de manera desproporcionada. Los estimulantes ß-adrenérgicos de efecto prolongado, evaluados sobre todo en ensayos clínicos en el tratamiento del asma, han sido promovidos sobre todo para el tratamiento de formas leves de asma y para el de la EPOC. Los anticolinérgicos inhalados han sido objeto de un uso mucho más amplio que el que sería de esperar por los resultados de los ensayos clínicos. Su desarrollo clínico se ha centrado en pacientes sin morbilidad cardiovascular, pero alrededor de la mitad de los pacientes con EPOC tienen riesgo cardiovascular elevado. Los efectos adversos respiratorios y cardiovasculares de estos dos grupos de fármacos son inciertos.
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