Estamos cerca de la gente, de nuestra gente, porque es
donde ellos nos necesitan y donde nos gusta estar y mejor podemos prestarles
nuestra ayuda. Somos profesionales sanitarios que conocemos a los pacientes de nuestro
entorno y ellos nos conocen a nosotros. Cuando hablamos por teléfono nos
reconocemos por la voz y ponemos cara a esas voces, también ponemos ubicación,
problemas, convivencia o soledad, economía, barreras, fotos de la pared y los
muebles, olor, limpieza y todos los detalles que captamos sin darnos cuenta.
Hemos estado en sus casas y las conocemos. Por eso trabajamos en Atención
Primaria y somos especialistas en la Familia y la Comunidad.
Estamos ante una situación nueva y la gente tiene
miedo. La presencia cercana de los profesionales sanitarios da una cierta
tranquilidad, que es algo muy apreciado. Saben que estamos ahí y que pueden
contar con nosotros. Nos llaman y les llamamos. Cada vez que hablo con un
paciente le refuerzo instrucciones de higiene y acabo diciendo: “ánimo” y no os
imagináis las buenas respuestas que oigo para despedir la conversación.
Hay enfermos, claro. También tienen nuestro apoyo en
su incertidumbre. Les han dicho que son positivos al coronavirus y lo único que
saben de él es la lista de muertos que publica la prensa cada minuto. Tienen
miedo por ellos y por sus convivientes, por si lo transmiten o por si, llegado
el caso, los dejan desamparados. Angustia de la que no tienen con quién hablar,
salvo en la confianza de la conversación con sus referentes sanitarios aunque
sea telefónica. Los cuidamos en sus casas y en las consultas, con nuestros
medios.
Sanos y enfermos están dando un ejemplo de entereza y
una talla de la que están muy lejos sus dirigentes. No entienden que a sus familias
no les hagan una prueba (que posiblemente no tenga sentido hacerla), mientras
todos los días hay famosos y una casta política que airea su positivo en la
prensa estando sin un solo síntoma, que criminaliza a
los trabajadores de los geriátricos que se están batiendo sin los medios
adecuados, que responsabiliza a los sanitarios de
que se contagien, cuando
no se les ha suministrado el material mínimo para protegerse en condiciones,
sin que sobre estos responsables caiga el peso de la ley que buscan para otros,
ni vayan a responder nunca de sus decisiones. Imagino que no son capaces de
llevar bien que a ellos se les abuchee mientras a los sanitarios se les
aplaude.
En esta estrechez de miras y, seguramente, por
ignorancia de lo que significa la Atención Primaria, se plantean cierres de
Centros de Salud y se valora menos la tranquilidad de una población y su
contención en domicilio apoyada por sanitarios que un respirador. Se transforma
la sanidad en servicios de UCI hiperetrofiándolos, pero abandonando al grueso
de la población, como si cualquier profesional sanitario pudiese manejar una
UCI o cualquier profesional sanitario pudiese manejar una comunidad.
Cada uno debe hacer su función allí donde esté preparado
para hacerla y resulte más beneficioso, por eso #LosCentrosDeSaludNoSeCierran.
Los farmacéuticos rurales estamos haciendo todo lo posible para manternos sanos y que la farmacia no cierre dejando a la población sin medicamentos y sin su farmacéutico de cabecera.
ResponderEliminarMuchos farmacéuticos de las farmacias de toda España rurales, de barrio urbanas entendemos nuestra profesión integrados en la comunidad y nos gusta llamarnos farmacéuticos de cabecera. Nos duele en estos momentos compartir sus sentimientos de miedo, de vulnerabilidad,desconcierto. Estos días también me preguntan como pueden hacer para cobrar la pensión. Compartí este maravilloso relato con familiares y amigos no vinculados a la profesión y está ha sido una de las respuestas: "me gusto mucho el análisis que hace Paco de la situación, es tan cercano que hace sentirse respaldado en estos momentos tan complicados"
#LosCentrosDeSaludNoSeCierran
Sois muy grandes Tere. Mucho ánimo y Gracias.
EliminarExtraordinario artículo de un gran médico de Atención Primaria.
ResponderEliminarDe acuerdo en todo. Por ahora en mi equipo: 8 centros de zonas rurales y el centro "cabecera de comarca" en Xinzo de Limia, Orense, nos mantienen trabajando y con todo el apoyo. Esperamos poder seguir adelante (tenemos 4 bajas de facultativos)
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